Debemos labrar un caminito hacia nuestro futuro, y el camino,
no se forma solo. Desde pequeños acudimos al colegio, ascendiendo a cursos
superiores según las notas obtenidas. Pasamos por infantil, primaria, la ESO,
selectividad, la universidad… y constantemente nos están evaluando con
exámenes, trabajos y demás.
Estudiando adquirimos conocimientos nuevos y, aunque haya
cosas que para el día de mañana no vayan a tener utilidad en nuestra profesión
hay que tener siempre en cuenta que el saber no ocupa lugar. Debemos llenarnos
por dentro de aprendizajes nuevos que se agrupen en nuestro querido cerebro, y
así, aprovechar la educación que se nos ofrece desde pequeños, siendo el caso.
Aplicándonos al estudio, dedicándole su tiempo y el esfuerzo
necesario aportado por cualquier estudiante para llegar al menos a un aprobado,
y sobre todo, atendiendo en clase, aprovechamos la educación que en diversos
países no se recibe. Lo que quiero decir es que debemos sentirnos afortunados
por el aprendizaje que podemos llegar a obtener durante la edad de estudio. No
obstante, hay quien desperdicia esta oportunidad y acaba por dejarlos. No digo
la gran mayoría pues hay a quien esto no se le da bien por mucho esfuerzo y
horas que empleé y también acaba abandonando. También están los que privan de
cierta manera a los que quieren sacar buena nota, y hacen bajar el nivel de la
clase, aunque los hay en pocos casos.
Existe una gran diferencia entre los que malgastan sus
estudios, que ellos sabrán de lo que piensan vivir el día de mañana cuando mamá
y papá ya no estén, y los que sacan partido a estudiar para en un futuro poder
obtener un trabajo acorde con sus conocimientos ya sea en este país o en otro.
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