lunes, 3 de febrero de 2014

¿Deben ser respetadas todas las tradiciones?

La tradición es el conjunto de bienes culturales que se transmite de generación en generación dentro de una comunidad. Se trata de aquellas costumbres y manifestaciones que cada sociedad considera valiosas y las mantiene para que sean aprendidas por las nuevas generaciones, como parte  indispensable del legado cultural.
Hoy en día existe una gran diversidad cultural y cada una con sus costumbres y tradiciones. Por ello, debemos mostrar tolerancia absoluta ante cualquier tradición,  pues ninguna cultura es superior a otra. Sin embargo, algunas de estas costumbres o creencias que alimentan a una población y por las cuales sienten orgullo y satisfacción por pensar de esa manera o realizar alguna actividad transmitida como herencia; a modo personal, pueden parecernos buenas o malas. Por supuesto que esta objeción es única de cada uno, ya que puede pasar lo mismo inversamente. Por ejemplo: en las leyes de Pakistán protegen a los maltratadores y condenan a las víctimas por el mero hecho de ser mujeres. Si una esposa ofende en público a su marido, éste puede asesinarla para restaurar su honor. Este país centro-asiático ha heredado algunas tradiciones hindúes de la vecina India. La que ha calado más hondo es la de anular a la mujer como persona y someterla al mandato de los hombres. Sin embargo, La Constitución Española de 1978, en su artículo catorce, proclama la igualdad ante la ley, estableciendo la prohibición de cualquier discriminación por razón de sexo. Por este motivo, nos parece inconcebible que pueda estar sucediendo lo expuesto anteriormente en pleno siglo XXI en Pakistán. No obstante, si hubiésemos crecido en las tierras centroasiáticas, nos podría parecer extraño que una ley proporcione la igualdad entre personas de distinto sexo, pues estaríamos acostumbrados a esas distinciones sociales y a ese poderío del hombre y fuerza sobre la mujer.
Encontramos otro ejemplo de tradición en África: Para la comunidad Massai (Kenia) diciembre es el mes en que a las niñas entre 10 y 15 años se les practica la ablación como símbolo del paso a la vida adulta defendiéndolo como "un sustento religioso-sagrado". Tienen la creencia de que el mundo acabará si una mujer se mueve durante el acto sexual y por eso se las somete a la ablación para que no sientan placer y no puedan moverse y así "salvar el mundo". En realidad hay otro motivo detrás de éstas "creencias"; y es que quieren evitar la infidelidad de las mujeres ya que quitandoles el clítoris evitan que puedan sentirse atraídas por otros hombres y de esta forma aseguran que puedan llegar "puras" al matrimonio. Esta actividad es infrahumana y no debería ser tolerada, pero ellos al igual deben pensar lo mismo de que una mujer pueda tener placer durante el acto sexual pues va en disconformidad a sus creencias.
 

 No existen criterios universales acerca de lo bueno y lo malo. Así que debemos respetar o tolerar las creencias y costumbres de todas las culturas. Cada individuo piensa y actúa de una determinada manera y mayoritariamente depende del entorno originario. Aun así creo que ciertas tradiciones no deberían ser respetadas porque atentan contra los derechos humanos y es que tal vez no podamos entendernos en todo, pero al menos debemos proponer unos mínimos morales en los que todos (seamos de la cultura que seamos) estemos convencidos. Aunque sabemos que es prácticamente imposible un acuerdo mundial pues dentro de una misma población las diferencias ideológicas son inmensas,  y no me voy más lejos que a la tauromaquia,  tradición española considerada patrimonio cultural.  Las personas que están a favor de las corridas de toros son aquellas en cuyo grupo familiar se ve aceptado esta actividad, y las que están en contra ven mal esta actividad por el grupo familiar al que pertenecen. Por lo tanto, si en una misma comunidad las ideas son contradictorias, lo único que podemos hacer es defender aquellas costumbres que afecten a nuestro entorno y que sean incoherentes a la ideología de uno mismo ya que nadie excepto cada individuo puede reflexionar y opinar sobre lo que está bien o mal. De esta manera podremos, quizás, modificar la sociedad en la que vivimos (Por ejemplo: la abolición aunque no completa de las corridas de toros en Cataluña). Porque no por mucho defender y criticar el maltrato a menores o mujeres, como en África y Asia, vamos a cambiar la forma de pensar de esa comunidad.

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